domingo, 13 de diciembre de 2009

Penelope

Me despierto en el alba, soñando no se q
Desalluno con lluvia y te recuerdo en el cafe.
Soñe tu figura lejos.
esperando en los suburvios del olvido
y me vi solo zarpando en barcos de oro
que llene de regalos para ti
y luego vi que por celos el mar de mis tormentos, se tragaba el
barco, de aquel loco que era yo,
y todo naufrago.
que lejos tu, que lejos yo
los escombros de mi vida se deslizan por la lluvia
recordando a penelope
me abandono a las olas, me escupen del mar
han pasado los años, nadie sabe donde estas.
las calles desiertas por la noche
y tu cara se dibuja en mi memoria
los arboles se abrazan
como bosques de esqueletos por la lluvia
mi sueño naufrago
que lejos tu, que lejos yo
llueven lagrimas de menta y me emborracho de amargura
olvidando a penelope
que lejos tu que lejos yo
los escombros de mi vida se deslizan por la lluvia
olvidando a penelope
me refujio en las tabernas y me vuelvo taciturno
olvidando a penelope
que lejos tu que lejos yo
lo que queda de mi vida lo malgasto en los tugurios
recordando a penelope.
- Robi Draco Rosa


En Paz Descanza Pablo Neruda la voz de un apasionado Chileno.

Pablo Neruda (seudonimo de Ricardo Eliezer Neftalí Reyes Basoalto)

Quiero amanecer en el pais de Neruda, ver con mis propios ojos los rincones de su hogar, donde cuenta en sus escritos aprendio a escribir y amar. Quiero entrar en personaje, quiero ser de Rosa una canción, quiero ver que atras me sigan "casi una diosa" y "Penelope" , de frente, mi vida de "vagabundo". Quiero encontrar a esa blanca mujer y leer mis versos de Capitan. Quiero explicar mi felicidad en versos de titan. Quiero tomar cafe al son de Araucanía y compartir vino tinto. Quiero encontrarme perdido en el placer que ha sido escrito.

LA CANCIÓN DESESPERADA

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!

Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!

En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.

Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!

En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!

Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.

Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.

Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

Oh, sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron!

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
De pie como un marino en la proa de un barco.

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.

Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!

Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.

Es la hora de partir. Oh abandonado!

- Pablo Neruda


Poema XX de la obra literaria 20 poemas de amor y una cancion desesperada. En la voz de Alex Ubago.

almas diferentes


Dentro de mi cuerpo
todo lo que queda es ciudad
adivina donde vivo
bajo el puente de la soledad

Flores en tus ojos
en tus labios el fondo del mar
una luna blanca en tu beso
y tu sexo me sabe a sal

Almas diferentes
la clara t, la oscura yo
y al final, como el bien y el mal, somos almas gemelas...

Almas diferentes
la dulce t, la amarga yo
un animal contra otro animal en un mundo de fieras
y al final, como el bien y el mal, somos almas gemelas...

Almas diferentes
almas gemelas

Yo respiro solo
t nunca respiras sin m
por tus venas corre sangre
por las mas, un reptil.

Almas diferentes
la dulce t, la amarga yo
un animal contra otro animal en un mundo de fieras
y al final, como el bien y el mal, somos almas gemelas...

Almas diferentes
almas gemelas